Aire acondicionado y turismo sostenible ¿es posible?

España bate máximos históricos en recepción de turistas; año tras año, España se mantiene como destino preferente para más de 80 millones de turistas

¿Efectos? Crece notablemente las ventas del comercio minorista, ingresos de complejos hoteleros por las nubes, líneas AVE a rebosar de turistas que quieren conocer otras ciudades y se desplazan con celeridad con nuestros trenes veloces.

Pero, ¿es sostenible este turismo? 

La respuesta es ambigua: sí y no; Por un lado, España cuenta con una de las mejores infraestructuras de trenes, carreteras, puertos y aeropuertos del mundo, buenas redes de saneamientos y de reciclaje de resíduos.

Pero, por otro lado, el sector turístico Español presenta dos grandes problemas: el turismo bajo-coste que deja muy pocos ingresos en la economía local y sobre todo, el excesivo consumo que el turista hace de agua y de electricidad. 

Como ya denunció el periódico eldiario.es en su artículo  , el turista extranjero consume unos 600 lts/día mientras que el español medio consume unos 120 lts/día, dejando en evidencia el despilfarro que éstos últimos hacen cuando vienen a España. 

Con el aire acondicionado, ocurre más de lo mismo: los turistas lo encienden 24 hrs al día sin control, sin importarles lo más mínimo el consumo ni su repercusión en el medio.

En este artículo de El Confidencial, podemos leer datos verdaderamente espeluznantes de los efectos del aire acondicionado en el medio. Aunque también es cierto que este periódico deja de lado la creciente importancia de los paneles fotovoltaicos, máxime sabiendo que hoy día, cualquier hotel o vivienda individual puede cubrir -DURANTE EL DÍA- su demanda eléctrica con placas fotovoltaicas instaladas en su tejado, también llamado, autoconsumo, aunque en España se está viendo frenado por una clase política que deja mucho que desear y que, una vez más, no está a la altura de las circunstancias en una situación límite que en pocas décadas va a tener consecuencias irreversibles en la desertificación del el tercio sur de España. 

Pero con todo, hay solución: nuestro país tiene una capacidad sobrada para alimentar tanto los aires acondicionado como los termos eléctricos por aerotermia con sólo instalar paneles fotovoltaicos. Además, existen dispositivos prepago para controlar/frenar el uso del aire acondicionado limitando las horas diarias gratuitas de aire acondicionado o calefacción. Si excede este consumo, el turista deberá echar monedas; con ello, inducimos a practicar un consumo responsable de energía y reducimos notablemente los costes de energía.

Una vez expuesta la situación de nuestro sector turístico y analizando sendos artículos enlazados más arriba, parece recomendable e incluso obligatorio que nuestra clase política se desligue de los grandes grupos energéticos y se centren en implantar soluciones masivas para el problema energético que tenemos, promulgando leyes orientadas a lograr la máxima eficiencia energética para frenar el calentamiento global que empieza a ser agobiante año tras año.

Se puede y se debe hacer

Editorial Arelia Innova S.L. 

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