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El pasado 1 de agosto de 2018, la humanidad ya consumió los recursos naturales que tenía disponibles para todo el año. En otras palabras, a partir de esa fecha, vive a crédito con el planeta Tierra.
Cuando se dice que el 1 de agosto marcó la fecha del sobregiro es porque, como humanidad, hemos consumido los recursos naturales que teníamos disponibles para todo el 2018 y que debían alcanzarnos hasta el 31 de diciembre. No obstante, los consumimos entre el 1 de enero y el 1 de agosto.
El impacto de nuestro consumo
Según los datos de Global Footprint Networtk, el uso actual que hacemos de los recursos naturales es 1,7 veces más rápido de lo que los ecosistemas pueden regenerar. Otra forma de verlo: para satisfacer nuestro ritmo de consumo, la humanidad requiere 1,7 planetas similares a la Tierra.
Ese es el promedio global, pero si toda la humanidad viviera como lo hacen los estadounidenses, por ejemplo, se necesitarían cinco planetas. Si lo hiciera como los australianos, se requerirían 4,1 planetas.
Si todos adoptáramos el estilo de vida surcoreano, se necesitarían 3,5 planetas, mientras que si siguiéramos los pasos de los rusos, se requerirían 3,3 planetas. Y si la humanidad imitara el consumo de los alemanes, serían tres planetas los necesarios.
Los costos del sobregiro se evidencian en la deforestación, la escasez de agua dulce, la erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que contribuyen al cambio climático.
“Estamos tomando préstamos de los recursos futuros de la Tierra para operar nuestras economías en el presente. Esto funciona por un tiempo, pero a medida que los países, las empresas o los hogares se hunden cada vez más en deudas, finalmente se quiebran”, manifestó Mathis Wackernagel, CEO de Global Footprint Network y quien será uno de los principales expositores del I Congreso Latinoamericano sobre Sostenibilidad, Ecología y Evolución (SEE), por realizarse del 26 al 29 de setiembre en Costa Rica.
Habiendo explicado el tremendo problema de la sobre explotación de recursos del planeta, queremos incidir una vez más en la NECESIDAD de limitar los consumos energéticos con nuestra gama de limitadores de aire acondicionado, los temporizadores de monedas para control de iluminación de pistas deportivas, y nuestro recién nacido limitador de consumo de duchas Acqua Tempus; Con nuestros dispositivos, limitamos de forma notable los consumos energéticos, evitando el despilfarro.
Hemos explicado en reiteradas ocasiones en el boletín de Arelia el tremendo daño que hacemos al medio cuando nos vamos a la playa dejando el AA encendido ó cuando nos damos duchas de 40 minutos.
Cada Kwh que ahorramos cuenta
Cada gota de ducha que ahorramos cuenta
Cada m3 de gas que ahorramos cuenta.
El reto está delante de nosotros y Arelia, cada día más, está jugando un papel clave en esta carrera por salvar el mundo.
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